27/6/08

España, Rusia y alrededores

Ayer fue un día... digamos atípico.



Quedé para ver el partido en casa de un amigo. Por si la emoción de jugar una semifinal fuera poca, hicimos una porra entre nosotros con dinero de por medio. La verdad es que hubo de todo, nos reímos un montón, hubo quien se quedó dormido, quien confesó que se acababa de enterar de que después de un gol se sacaba de dentro...

Según pasaban los minutos y seguía el 0-0, alguien preguntó si alguien tenía en la porra el 0-0. Nadie lo tenía. Gux dijo que "hubiera sido una buena idea apostar al 0-0, ya que es el resultado más probable, ya que empiezan así". Desde el momento que esas palabras salieron de sus labios sabía que estaba condenado a que yo le replicase, y a que dejara constancia de ello en el blog. Sin entrar en estadísticas, diré que no estoy de acuerdo, y si alguien quiere argumentar ya me remango y suelto mi teoría. Pero vamos, que los partidos de basket también empiezan 0-0 y... :P

El caso es que tenía un buen pálpito, y además de confiar en que España ganase, esperaba que golease. Los rusos tenían que llegar con miedo por los 4 que se llevaron hace poco, por mucho que su juego hubiese mejorado en los siguientes partidos.

Con el 2-0, y el partido decidido, nosotros seguíamos chillando como locos gracias a la porra, porque uno tenía ese resultado y no quería que hicieran nada más, otro tenía 2-1, yo tenía 3-0... Y cuando metieron el 3-0 la emoción seguía, porque yo quería que el marcador no se moviera, el del 3-1 quería que marcara Rusia, el resto querían que marcase España para que nadie acertase y no perder dinero... En fin, que era para vernos.

El partido acabó, todos se rindieron ante mi superioridad y me hicieron 10 € menos pobre. Después del partido estuvimos viendo Bones, y las risas siguieron por doquier.

A una hora prudencial nos retiramos hacia el metro para irnos ya a casa. El primer incidente surgió en el ascensor. Mientras bajábamos, algún gracioso (esta vez no fui yo) le dio para que parara en un piso intermedio, y se ve que al ascensor no le hizo gracia porque empezó a pitar por exceso de peso. El graciosín siguió bajando por las escaleras, y los gordos pudimos seguir la marcha.

De camino al metro Paifuu se acordó que se había dejado la mochila en casa de nuestro amigo y tuvo que volver a por ella. Esta fue la segunda incidencia.

De camino al metro por segunda vez fuimos repitiendo las tonterías que habíamos hecho y dicho durante el primer recorrido, incluyendo el "ahí va, se me ha olvidado la mochila", pero esta vez era de coña.

Huelga decir que el metro iba lleno de motivaos gritando cánticos, vestidos con la camiseta de España, pintados de rojo y amarillo...

Llegamos a la estación de trenes de Vicálvaro y perdimos el último por 2 minutos. En ese momento todos nos acordamos de la mochila y de la familia de su dueño. Nos quedaba la opción del autobús o del taxi. Incluso nos planteamos poder ir andando (era sólo una parada de tren) aunque lo descartamos por miedo a que nos violasen por el camino.

Salimos de la estación y fuimos hacia los autobuses. Ya no quedaban "de los normales" y quedaba más de una hora para el primer búho. Coincide además que eran las fiestas de Vicálvaro, y que estaban allí al lado... ¿Hace falta que os lo explique? Blanco y en botella... ¡pues agua!

Con tiempo de sobra nos volvimos a la parada de autobuses, no fuera a ser que perdiéramos el primer búho. También estábamos pendientes por si pasaban taxis libres, pero nada. Como era pronto aún, quisimos colaborar en el adornado de las calles, y nos pusimos a hacer guirnaldas con sistema de cascada y camuflaje automático en caso de que se acerque un coche de policía. Que nadie nos dé las gracias, lo hicimos desinteresadamente.

Y bueno... de ahí hasta casa, poca historia más que yo recuerde. Bueno sí, estuvimos tonteando con una silueta en un sexto piso al otro lado de la calle. Pero nos hizo más caso la silueta de su novio xD

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Meeentira!!!!

El que se bajó andando por las escaleras fui yo, y NO FUI el gracioso de los botoncitos. El gracioso se quedó dentro.

Zendir dijo...

Pues más tonto eres tú xD

Anónimo dijo...

Mira, según iba leyendo he pensado lo mismo. Que el tontón que paró en el tercero fue el mismo tontón que se olvidó la mochila, y que además intentó engañar a su madre diciendo "si ya estamos en Vicálvaro" cuando aún ni había llegado a Moratalaz.

Y el tontón éste siguió en el ascensor, siendo el pobre Gux el que bajó andando.



¿Nadie se ha extrañado de que el extraño sujeto que se quedó dormido durante prácticamente toda la primera parte tuviera que decirlo y que el resto no se enterara? Desde luego, qué ocasión desaprovechada para putear.


Y ya por último, la noche siguiente pasé de nuevo por la misma parada y allí seguían las guirnaldas. Claro, se ve que aún duraban las fiestas.