19/5/11

Abstención, voto nulo, voto en blanco



Estamos a unos días de las elecciones autonómicas y municipales. ¿Vas a votar? ¿Sabes ya a quién? ¿Tienes claras tus opciones?

Hoy me propongo comentar acerca de la abstención, el voto nulo y el voto en blanco, conceptos relacionados, pero que no se deben confundir.


ABSTENCIÓN

Es la opción que eligen los más descontentos con el sistema. Pasan de las elecciones, creen que votar no sirve para nada, o no se sienten representados por ningún partido político, y simplemente no acuden a la urnas. Abstención es sinónimo de no participación en las elecciones.

La abstención es siempre bastante alta, generalmente 1 de cada 2 personas que podrían ir a votar, no lo hace. Personalmente me parece bastante preocupante este dato, pero no supone un problema para el desarrollo de las elecciones, ya que la ley dice que los resultados son válidos si acude a las urnas un 30% del electorado.

Parece evidente que la abstención afecta al resultado final de las elecciones, ya que son muchos millones de votos no emitidos. Sin embargo, no está muy claro a quién beneficia la abstención, ya que se desconoce para qué partido irían dichos votos en caso de producirse. Los estudios dicen que son los votantes de izquierda los que se movilizan menos, y por tanto que la abstención beneficia a la derecha.


VOTO NULO

Es el de la gente que acude a las urnas y emite su voto, pero que por alguna circunstancia este voto no es considerado válido a efectos del recuento final. Se consideran nulos los votos:
  • que no vayan dentro de un sobre
  • que contengan papeletas de diferentes candidaturas
  • que estén alterados, pintados, subrayados, tachados, rotos, etc. (tanto la papeleta como el sobre)
Los votos nulos se cuentan, a efectos estadísticos, pero no tienen repercusión en el resultado de las elecciones: no tienen consecuencia electoral. Digamos que aunque es una práctica diferente de la abstención, se obtiene el mismo resultado.

En ocasiones pueden emitirse votos nulos por error, pero en la gran mayoría de los casos el sentido de estos votos es manifestar el descontento con el sistema. En mi experiencia personal, el año que me tocó formar parte de una mesa electoral, nos encontramos un sobre con una papeleta de cada partido (¿indeciso?), varios sobres con trozos de papel que contenían mensajes escritos a boli, un sobre con una piruleta, un sobre con un flyer para una discoteca... La verdad es que amenizan un poco el recuento, pero no tienen consecuencias. Y un mensaje que el elector envíe por este medio, no lo van a ver más que los 4 o 5 personas de la mesa, así que tampoco llega muy lejos.


VOTO EN BLANCO

Esta es otra historia. Se considera voto en blanco cuando se emite un voto que no contiene ninguna papeleta. Cuando alguien vota de esta manera, se le supone un compromiso con el sistema, no está dejando de ejercer su derecho a voto, pero a la vez está demostrando que ha considerado sus opciones, y ninguna de las candidaturas se ha hecho merecedora de su voto.

El voto en blanco afecta al resultado final de las elecciones. Son votos que se suman, y computan en el total del sufragio, aunque no participan en el reparto de escaños. En unas elecciones generales los partidos necesitan el 3% de los votos para obtener representación, mientras que en las locales (las que nos ocupan ahora) el porcentaje sube hasta el 5%. Sumando los votos en blanco, los partidos necesitan un mayor número de votos para entrar en el reparto de escaños (el mismo %, pero de un total de votos mayor). Este punto tiene polémica, porque provoca que partidos a los que les corresponde algún escaño por número de votos, se quedan fuera del reparto por no llegar a este porcentaje.

Sería diferente si se llevara a cabo la propuesta de Ciudadanos en Blanco, que defiende que los votos en blanco computen no sólo en el total de votos, si no que también entren en el reparto de escaños, de modo que algunos de ellos puedan quedar vacíos. Ya que esto no es posible con la ley actual, Ciudadanos en Blanco se presenta como partido político, pidiendo votos válidos, y prometiendo que, en caso de obtener algún escaño, lo dejarán vacío, obteniendo el mismo efecto que si se cambiara la ley.

Para evidente por tanto que el voto en blanco beneficia a los partidos mayoritarios, ya que deja fuera del reparto a los rivales más pequeños, y distribuye entre los más grandes los escaños que corresponderían a éstos.

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