Shakespeare no existe

Shakespeare no existe. O quizás sí. Pero al menos hay las suficientes especulaciones sobre el tema como para que, al menos, dejemos un resquicio para la duda.

Y aunque a muchos os pillará por sorpresa, esto que os cuento no es nada nuevo. Ya en el siglo XVIII, el reverendo James Wilmot se desplazó a Stratford-upon-Avon (localidad natal de Shakespeare) en busca de sus raíces. Cuenta la historia que lo único que encontró fue un simple carnicero, sin formación académica, llamado Gulielmus Shakespere.

A partir de ahí las suposiciones y conjeturas han sido muchas. Se habla de que Shakespeare nunca existió, que tal vez no fuera más que el alter ego de algún otro escritor de la época. Christopher Marlowe, Francis Bacon o Edward de Vere (Conde de Oxford) son algunos de los nombres que suenan.

Grandes autores como Mark Twain o Henry James defendían la posibilidad de que Shakespeare no existiera. La teoría denominada como la de "el otro autor" no tardó en extenderse.

Otro de los grandes enigmas es: si realmente el autor de todas esas obras fue otro, ¿por qué permaneció en el anonimato? ¿Por qué no dio la cara y se llevó la gloria que le correspondía? La respuesta puede estar en el contexto histórico. En aquella época no había tanta libertad como ahora, y la propagación de ciertas ideas que no encajaban con la forma de pensar de los gobernantes podían hacer que los autores fueran encarcelados, torturados e incluso asesinados.

Es por ello que muchas de las publicaciones se empezaron a hacer de forma anónima o bajo pseudónimo. Sin ir más lejos, cuando se publicaron las primeras obras que hoy son adjudicadas a Shakespeare, lo hicieron de forma anónima. No fue hasta finales del XVI cuando se comenzaron a publicar obras firmadas por Shakespeare.

Existe una rocambolesca teoría que asocia a Shakespeare con Palas Atenea (reina de todas las artes según la mitología griega). Pues bien, cuenta la leyenda que Palas Atenea era una doncella que siempre llevaba en la cabeza un yelmo con una esfinge, y en la mano una lanza, y que al cerrar la visera del yelmo, conseguía hacerse invisible, lo que la convertía en la diosa invisible. Shake significa agitar o blandir, y Spear significa lanza. Este juego de palabras convertiría a Shakespeare en el escritor invisible.

Apenas se han conservado hasta nuestros días seis firmas del autor en documentos oficiales, y ninguna en las obras que hoy se le atribuyen.

Y en medio de todas estas dudas, hace apenas 15 días (15 de marzo de 2010) saltó la noticia de una nueva obra atribuida a Shakespeare. La obra en cuestión, titulada Double Falsehood (Doble Falsedad) fue descubierta hace 300 años, pero en su momento se consideró una falsificación (tiene guasa la historia y el título de la obra). Al parecer fue escrita a medias entre Shakespeare y John Fletcher. El editor que la ha publicado ha afirmado recientemente que está "relativamente seguro de que Shakespeare escribió partes extensas de la obra".

Mis conclusiones son:

• No sé si William Shakespeare se llamaba realmente así, o hay alguien que usó ese nombre para sus obras
• No sé si recibió formación académica
• No sé si era carnicero, o hijo de un carnicero
• No sé si era heterosexual u homosexual
• • Lo único que sé es que era, es y seguirá siendo, UN GENIO DE LA LITERATURA