29/2/08

Viena 1800

Hoy me he subido con Tung en su máquina del tiempo y nos hemos ido directamente a Viena, a principios del siglo XIX. Nos hemos mezclado con gente de la más alta alcurnia y nos hemos colado de lleno en la Corte de Carlos III. Hemos podido disfrutar de los mejores manjares y los más prestigiosos vinos... Además hemos tenido la gran suerte de que justamente hemos aterrizado en día de concierto, por lo que hemos disfrutado de las maravillosas composiciones de Beethoven, Mozart y Schubert.

Desde luego, ha sido una experiencia maravillosa. Ha habido momentos que se me ha olvidado por completo que he nacido en el siglo XX, me he olvidado de los problemas, de las preocupaciones...

He venido un momento a contaros esto, pero ya me vuelvo al XIX, que tengo allí a Amadeus esperándome para terminar el Réquiem que estamos componiendo a medias. Creo que le llamaremos Réquien en re menor...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si, fue un concierto muy bonito. Solo volvías al siglo XXI cuando se oía algún que otro móvil de algún indeseable que no lo había apagado.
Quien diga que instrumentos de cuerda y viento no pueden crear una melodía alegre, viva, enérgica, no saben cuanto se equivocan. Los músicos sienten tanto la música... cómo se mueven, las expresiones de sus caras, los gestos que se hacen entre ellos para llevar el ritmo.
Desde la segunda fila, todo esto se aprecia mucho mejor, incluido la respiración perfecta y al milímetro de la violonchelista (respiraba tan fuerte que parecía tenía moquetes), y la enérgica manera de soplar de nuestro amigo el babas.
:_)

galletitas dijo...

Jo, chicos, que envidia!!!!

Espero que pueda coger entradas para la ópera (ilusa de mi) y hacer mi propio viaje en el tiempo :P

Bss