20/2/08

Situación cotidiana en el Metro de Madrid (vuela)

El metro, que normalmente viene cada 3 minutos, está tardando más de la cuenta. Nos encontramos en una estación de las más concurridas. Esta es la única línea que va al aeropuerto. Por fortuna es una de las cabeceras de la línea, por lo que al menos los vagones vienen totalmente vacíos.

A juzgar por el número de gente que se agolpa en el andén han debido pasar como quince minutos desde que pasó el anterior. Yo llevo ya diez minutos esperando cuando asoma el metro. Se para en la vía de enfrente y deja que todos los viajeros bajen. Sigue su camino para hacer el cambio de vías dentro del túnel y pronto vuelve a salir.

En lo que tarda en detenerse la gente ya se ha agolpado al borde del andén. La masa humana, que antes andaba desparramada se ha comprimido a la espera de que se abran las puertas. Se abren y empieza la estampida. Si eres uno de los afortunados de la primera fila puede apretar un poco el paso y coger asiento, pero si no lo eres estás perdido, no puedes hacer otra cosa que dejarte llevar por la marea hasta dentro del vagón.

Y siempre hay algún listo que quiere desafiar las leyes de la física y pretende pasar de estar detrás de ti a estar delante atravesándote, o algo así... Yo hoy he tenido suerte, y me consigo sentar.

La gente sigue subiendo a los vagones, y no están ni medio llenos cuando comienza a sonar el pitido que indica que las puertas se van a cerrar y que ya no se puede subir ni bajar. Nace un murmullo, que va tomando tomando cuerpo hasta convertirse en voces de protesta.

-Menudo cabrón...
-Media hora esperando y ahora con prisas...
-Esto es la hostia...

La voz de un señor de mediana edad que está de pie cerca de mí sobresale en mis oidos sobre todas las demás.

-Hiiiiiijo de puta. Habría que colgarle de las pelotas y era poco. Será hijo de la gran ppputa.

Y al decir esto último se le llenaba la boca.

Un poco más allá, entre el tumulto, comienza una discusión entre dos personas. Desde mi asiento no consigo ver nada. Por las voces sé que se trata de dos varones, yo diría que jóvenes ambos. Uno tenía la voz de chulo. El otro de chulo y además macarra. De ahí no podía salir nada bueno...

De los insultos pasaron a las amenazas. La gente alrededor ya empezaba a desconectar de la discusión porque se había convertido en un toma y daca de palabras vacías que no iban a desembocar en nada. Mientras tanto, el señor de mi lado seguía llenándose la boca con su retahila.

-Hiiiiiijo de ppputa.

De pronto se hizo el silencio en la pareja que discutía, y ocurrió algo que volvió a despertar el interés del pasaje.

-¿A quién estás llamando hijoputa, hijoputa?
-A ver qué dice el mindundi éste... ¡Hijoputa!

Como por arte de magia, el chulo y el chulo macarra olvidaron sus diferencias y unieron sus fuerzas contra el señor que maldecía incesantemente. Lo que parecía que iba a ser un viaje lleno de palabrería se vio finalmente impregnado por la sangre de un inocente.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Supongo que parte será real y parte inventada, no? no?
Besos

Zendir dijo...

Gracias por el comentario Tung, ya pensé que nadie leía mi blog xD Es auténtico hasta la palabra "pasaje", y el resto todo ficción.

Anónimo dijo...

Hola holita..... Es una pena que no continues el relato porque hubiese molado que describieses la pelea XD!!!