26/1/08

Pajaritas moradas con lunares rosas

Enero 2002. Llega el euro. Llega la oportunidad ideal para blanquear todos esos millones de pesetas que se han ganado de una formilla no del todo legal. Coches de lujo, obras de arte... pero sobretodo propiedades inmobiliarias. Casas por aquí, casas por allá. Una casa en la playa. Una casa en el pueblo. Una casa en la sierra...

Oportunidad de oro para los constructores, para las inmobiliarias... incluso para los obreros. A pesar de la dureza del trabajo, innegable, se ven recompensados con buenos salarios, y la seguridad de que no les va a faltar trabajo en bastante tiempo.

Hoy en día, son muchísimas las familias que tienen varias casas, muchas de ellas vacías, otras alquiladas, otras para usarlas un mes al año en verano, o fines de semana sueltos a lo largo del año...

Y en el lado contrario, millones de jóvenes para los que emanciparse es una misión imposible debido al precio que han alcanzado las viviendas. Lógico, todo se debe a la ley de la oferta y la demanda. Si hay mucha demanda, es decir, mucha gente con ganas de comprar viviendas y con mucho dinero para ello, los precios se disparan.
"Si el precio de un bien está demasiado bajo y los consumidores demandan más de lo que los productores pueden poner en el mercado, se produce una situación de escasez, y por tanto los consumidores estarán dispuestos a pagar más. Los productores subirán los precios hasta que se alcance el nivel al cual los consumidores no estén dispuestos a comprar más si sigue subiendo el precio."
Llevamos años oyendo que "la burbuja (inmobiliaria) va a explotar". Que los precios no pueden seguir subiendo indefinidamente, que tienen que empezar a bajar. Que todo ese dinero para blanquear se ha ido acabando. Que al precio actual de la vivienda, comprar una para alquilarla, o para venderla en el futuro, no es tan buen negocio como antes. Pero la burbuja no termina de reventar. Hay ligeros retrocesos, y tal vez cierto estancamiento, pero a no ser que esté yo muy desinformado, aún no se ha producido un comienzo claro de la caída de los precios. Según la misma ley:
"En la situación inversa, si el precio de un bien es demasiado alto y los consumidores no están dispuestos a pagarlo, la tendencia será a que baje el precio, hasta que se llegue al nivel al cual los consumidores acepten el precio y se pueda vender todo lo que se produce."
Pero bueno, ¿y cuándo vamos a llegar a esa situación inversa? ¿No son ya los precios demasiado altos? ¿Sigue habiendo gente dispuesta a pagar ese precio? Pues imagino que sí...

Me temo que hay demasiada gente con demasiado dinero para gastar, y que la especulación nos va a seguir ahogando un tiempo más. Los mileuristas no podemos afrontar una hipoteca de las que se estilan hoy en día, o al menos no podemos hacerlo con unas mínimas garantías de que no nos vamos a quedar por el camino.

Hasta aquí mi visión y mi queja. Mi lamento al aire y mi asco por el mundo en el que vivimos.

Ahora paso a comentar una noticia que he escuchado hoy, y que habla de la otra cara de la moneda. Al parecer hay un empresario constructor que ha huido a Brasil con el dinero en efectivo que le quedaba, al ver como los bancos no le concedían más créditos y que su negocio ya no era tan rentable como hace unos pocos años. En el camino, ha dejado tirados a proveedores de materiales (muchos de ellos han ido a la quiebra al no cobrar grandes cantidades de materiales que ya habían enviado a la obra) y en la calle a muchos obreros.

No me da igual, ni mucho menos, pero hago la siguiente reflexión:

De repente se ponen de moda las pajaritas moradas con lunares rosas. Yo monto una fábrica de pajaritas, las pinto de morado, les pongo lunares rosas, y empiezo a ganar mucho dinero. Pongo otra fábrica. Luego otra. Sigo ganando más y más dinero. Ahora tengo muchas fábricas, mucho dinero y miles de personas a mi cargo, las cuales también ganan dinero haciendo pajaritas, pintándolas de morado y poniéndoles lunares rosas.

Y tan de repente como se pusieron de moda, las pajaritas moradas con lunares rosas se pasan de moda. Ya nadie la quiere, ya nadie las compra. Tengo que cerrar las fábricas. Tengo que prescindir de la gente que trabajaba para mí. Y dejo de ganar dinero con las pajaritas.

¿Creéis que tengo motivos para quejarme? ¿Creéis que la gente que trabajaba para mí los tiene? ¿O que más bien tengo que dar las gracias por todo el dinero que he ganado con las pajaritas moradas con lunares rosas, y que nunca hubiera esperado ganar, al igual que mis empleados?

4 comentarios:

Sergio dijo...

Pues no sé, yo no veo muy clara la relación entre el cabrón del constructor que se fuga y la fábrica de pajaritas. Aunque creo que sé a qué te refieres, por tanto:

Tú, como fabricante de pajaritas moradas con lunares rosas, supongo que haces tus pedidos a la companía de tintes morados y a la fábrica de lunares rosas teniendo en cuenta que vas a poder pagarlos. Si de repente las pajaritas moradas con lunares rosas dejan de estar de moda, tú deberías tener el dinero para pagar esos pedidos. Obviamente, contarías con el dinero que generarían las ventas de tus pajaritas, pero... ¡ah, amigo! Ahí estaban los estudios de mercado, que no suelen fallar, y que decían que iban a bajar las ventas. Así que si no has sido previsor, encima no te quejes de que se te haya arruinado el negocio. No, no tienes derecho a quejarte cuando dejas en la ruina a la compañía de tintes morados y a la fábrica de lunares rosas. Y encima en la calle a un montón tintores de pajaritas y ponedores de lunares.

Y si eres un ponedor de lunares, ¿no tienes derecho a quejarte? Coño, pues quizá sí. Obviamente, has estado ganando dinero gracias a los lunares rosas, pero seguramente no sea un dinero como para retirarte al Caribe. Y ahora estás en la calle y lo único que sabes hacer es poner lunares rosas. ¿Acaso hubo algún plan de formación en la fábrica de pajaritas moradas con lunares rosas? ¿Algo que te enseñara a hacer algo más que poner lunares? Si lo hubo y no te aprovechaste, pues jódete y no te quejes. Pero si no, después de toda una vida dedicada al lunareo, ahora te quedas en la calle sin nada que sepas hacer. Porque la empresa a la que dedicaste tu tiempo, aún sabiendo que los lunares iban a dejar de estar de moda, no decidió redirigir su actividad, o al menos dar formación complementaria a sus trabajadores.


Y ya que escribo... ¿has puesto en Google pajarita morada con lunares rosas y te ha salido la foto de la entrada de hoy?

Zendir dijo...

Yo tampoco veo clara la relación entre el cabrón que se fugó y la fábrica de pajaritas, jeje.

Lo que pasa es que le has dado un enfoque distinto al mío, porque mi empresario no dejaba de pagar a sus proveedores, simplemente dejaba de comprarles tintes, lunares, y de pagar la mano de obra de cara al futuro.

Digamos que toda la gente que dependía del dueño de la fábrica va a dejar de ganar dinero, al igual que él.

Es un putada tanto para él como para ellos: él va a tener que tener una nueva idea para montar otro negocio y ellos tendrán que reciclarse para aprender a tintar otras cosas o poner lunares en otras prendas.

En cuanto a las quejas del ponedor de lunares, no las comparto del todo. Reincido en que efectivamente, es una putada quedarse sin curro, pero el tío se vio en su día con un trabajo fácil y un buen dinerito aprovechándose del auge de una moda pasajera, y se aprovechó de la situación. Tal vez fue él quien tuvo que tener dos dedos de frente y evaluar si se iba a poder ganar siempre la vida con ese trabajo, y en caso de que no, haberse buscado un poco las mañas para asegurar su futuro, en lugar de poner su formación y su futuro en manos del empresario.

Y ya que contesto... he puesto en Google pajarita morada con lunares rosas y me ha salido la foto de una pajarita con lunares, y el Photoshop se ha encargado del tinte :)

Sergio dijo...

Pero es que la situación habitual no es encontrarse con un trabajito fácil y un buen dinerito. Lo habitual es encontrarse con el trabajo que consigues como puedes, ganando lo justo para poder pagar un sitio para vivir y la comida.

Por supuesto, si lo de poner lunares rosas en pajaritas es un curro fácil y con el que te forras, pues sí, estoy de acuerdo contigo. Pero vamos, que me da que es una situación bastante poco común.

Zendir dijo...

Hombre, claro que es poco frecuente. De hecho, aparte de mi empresario, no conozco a nadie más que se haya forrado haciendo pajaritas moradas con lunares rosas.

De todas formas, no es que quiera defender al empresario que deja "tirados" a proveedores y trabajadores, ni mucho menos, pero ponte en su lugar. Él pone un negocio para ganar dinero, el resto de gente colabora con él porque también va a ganar dinero...

En el momento que a cualquiera de las partes (empresario, proveedor, currito) deje de interesarle el juego pues dejará de jugar, aunque claro, depende de quien sea el que deje el juego puede afectar a más o menos gente.