Finde en Granada

Holaaaaaaaaaa yonkis de mi blog. Como muchos sabréis, este último finde lo he pasado en Granada. Tenemos allí una amiga estudiando (aunque sería más correcto decir que está allí matriculada) y hemos bajado a verla y eso.

El viaje de ida fue un show. Quedamos a una hora medio decente y empezamos a hacer la ronda para recoger al personal. Primer contratiempo: ¿Quién ha avisado a Cris de la hora a la que hemos quedado? Nadie. Cojonudo... La llamé para decirle que en media hora estamos en su puerta y no se lo creía. No tenía hecha la maleta ni nada, de hecho ella pensaba que íbamos a salir el sábado por la mañana en lugar del viernes por la tarde. De todas formas le dio tiempo de sobra, porque de camino a su casa nos topamos con una de las manifestaciones que había por Madrid y nos tocó dar un pirulo tropical para llegar a por ella. Total, que eran las 7 y estábamos saliendo de Madrid. Se me ocurrió llamar a Gux porque no sabía nada de él, y tenía que estar a punto de coger su vuelo para ir a ver a una tal Nat, si no lo había cogido ya... y resulta que llevaba en Coruña desde por la mañana, qué cosas. Por las risitas que se oían de fondo imagino que se lo estarían pasando bien. Cenamos por el camino y llegamos allí bastante tarde. Dejamos las maletas y fiestaaaaaaaaa.

El sábado por la mañana un poquito de turismo con Raquel mientras el resto dormía y pasaba la resaca. Vimos la Catedral, la zona del río, callejeamos bastante... Luego quedamos con todos y nos fuimos a comer de tapas. No creo que haga falta decir lo bien que se come allí por cuatro duros (1.80€ la cerveza o refresco con la tapa, entendiendo tapa como sandwich de 3 pisos, hamburguesa, rosca de jamón, etc.). Por la tarde Barby nos llevó a ver un parque muy curioso. Allí nos encontramos con Super Mario, que estaba corriendo con su kart. Y cerramos el día subiendo al mirador de San Nicolás, desde el que se ve la Alhambra. Primero la vimos con luz natural, y cuando cayó el Sol y la iluminaron hay una vista totalmente distinta, pero igual de preciosa. Por la noche conocí el Botellódromo y estuvimos allí pasando frío, hasta que el zumo ruso nos hizo entrar en calor.

El domingo nos echaron a patadas del hostal, pero muy sutilmente. Comimos rápidamente y nos subimos a ver la Alhambra. Es difícil describirlo con palabras, os recomiendo a todos que vayáis a verla al menos una vez en la vida. Palacios, fuentes, jardines... Muy pero que muy bonito.

Y en el viaje de vuelta pues todos cansados, la Moni con los ojos como tomates, Santi con dolor de alma, Raquel con las piernas en cabestrillo, Cris roncando como un animal... en fin, todos jodidos pero contentos.

Altamente recomendable.

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